Llegaron las vacaciones, van a la casa de campo de la abuela y te toca dormir en un catre al lado de la nevera vieja.
Del ruido molesto a dormir como un bebé: la nevera vieja ya no suena
Pasan tres noches y el ruido de la nevera apenas te deja dormir, pero increíblemente a la cuarta noche duermes como un bebe.
¿Qué ha pasado aquí?, ¿se reparó milagrosamente la nevera vieja?, ¿por qué ya no te molesta el ruido?
En realidad este guerrero de la conservación de alimentos no se reparó solo, simplemente su ruido se hizo común y te acostumbraste.
Compartir sin agobiar
A veces nosotros nos convertimos en la nevera vieja de la abuela, suele suceder cuando tenemos algo que puede resultar práctico, beneficioso o gratificante.
Si hacemos mucho ruido con el asunto y lo hablamos incesantemente entre nuestro grupo de conocidos, en poco tiempo nos dejarán de escuchar.
En pocas palabras seremos tan fastidiosos que ya no nos prestan atención y nuestras palabras serán tan inaudibles como la nevera al cuarto día.
El punto de equilibrio: no aburras a tus amigos y conocidos
No se convierta en nevera vieja, comparta, participe y difunda un mensaje de forma equilibrada y siempre tendrá la atención de sus amigos y conocidos.
Lo antes dicho quiere decir que a fin de mantener abiertas las líneas de comunicación con nuestros relacionados, debemos resistir el exceso de entusiasmo.
Tenga en cuenta que no todo el mundo compartirá su punto de vista ni está obligado a hacerlo, abra espacios y escuche con atención.
Recuerde que todo tiene su momento, no lleve las conversaciones al terreno que usted desea para dar a conocer su proyecto, sus ideas o convicciones.
Siguiendo estos tips, sus amigos lo escucharán con gusto y no por obligación, es decir, un ruido que ya no influye en ellos.