Todo es poetizable: Pancha: ¿No gusta pasar a tomar una tacita de café?
Desde niña su belleza canela
llamaba la atención
sobre todo de viejos verdes
por los vicios de su padre
termino en casa de Ramón
— una simple transacción —
ella solo tenía 15 desilusiones.
Cada tanto, el viejo se antoja
de un té de fresca canelita,
ella queda en shock,
en un trance que tiene ver con todo,
pero con nada de amor.
Con los ojos abiertos,
mirando al techo,
aguanta el peso
de un moribundo saco de huesos
que huele a viejo y ácido
como queso rancio.
Imagina un viaje en el que
se encuentra con el Dios creador
y de rodillas pide
**¡por favor a este imbécil detenle el corazón!**,
ni para estirar la pata le quedan fuerzas al miserable viejo…
Cae la noche
el hombre perfumado se va a su sacrificio
y Kamali cabizbaja sentada en la cama
tiene este ruido en su mente
**“Ahí está Pancha, ella verá como hace”**
levanta la cabeza,
se pone de pie y se viste de forma sugerente.
¿Qué pasa luego? La verdad no lo sé.
Pero Albita, una vieja furtiva de esas que hablan
todo lo que oyen y ven,
que Pancha todas las noches tiene un encuentro
con un negro que es famoso en la Internet,
y que con una gran sonrisa lo recibe y le dice:
**¿No gusta pasar a tomar una tacita de café?**
¿Quién será? Acaso ¿No les da un poquito de curiosidad?
Pancha: el retrato de una vida difícil
Este personaje es la otra cara de la historia de la familia disfuncional encabezada por Ramón, el protagonista del antipoema anterior, y la muestra de que nuestras acciones tienen consecuencias en la vida de quienes nos rodean.
Y así nos llega la historia de esta persona que lo que ha hecho es sufrir toda clase de abusos desde muy temprana edad. No sabemos quién es su madre y si aún vive, su padre no la quiere, no tuvo una linda infancia, no estudió y no se le conocen amigos.
Es en este ambiente cruel donde se desarrolla la vida de pancha y en el que ha tenido que aprender a hacer cualquier cosa para sobrevivir.
Kamali, la protectora
Kamali es un nombre de origen africano, según las fuentes consultadas1 va asociado a valentía, gracia y protección, la elección de este nombre fue un acto deliberado sin pretenciones de justificar sus acciones, sino para entenderla y tener algo de empatía con el personaje.
Quizás algunos lectores cuestionen la manera como pancha (Kamali) resuelve el cuidado de sus hijos, algunos dirán “jamás haría eso, existen otras formas” y concuerdo, pero también es cierto que si miramos a nuestro alrededor nos daremos cuentan que donde no hay oportunidades las historias de éxito son escasas.
Kamali creció sin oportunidades en la vida desde pequeña, lo que conoce es el sometimiento, la convirtieron en un ser inseguro que lleva dentro una rebelión latente.
Por lo tanto, Kamali haciendo honor a su nombre (en parte) y a causa de sus limitaciones, hace lo que su situación le permite, para ella lo importante son sus hijos.
Pancha y Kamali, una dualidad que estanca
Tenemos entonces a una mujer que tiene una lucha interna representada en dos figuras que se impulsan y se retienen al mismo tiempo, lo que le impide avanzar y lograr la libertad de pensamiento y acción que tanto desea.
Siempre están fusionadas, pero no concuerdan con la dirección a tomar, Pancha da la cara, pero quien la impulsa es Kamali, como en los encuentros con el famoso de la Internet.
Probablemente, sea en esto último, en lo que están de acuerdo a fin de cuentas, nuestro personaje es joven y ha tenido una existencia carente de afecto, que cubre con los encuentros con el hombre mencionado anteriormente.
Más allá de esto, el conflicto interno es un lastre que no permite el avance.
Albita, la que ve y habla pero no aporta
Debo confesar que Albita es literal, fue una vecina de unos primos que se enteraba de todo lo que pasaba en la calle donde vivía y un poco más allá. El caso es que no aportaba nada, solo chismeaba.
Lamentablemente, debo admitir que en conjunto muchos actuamos como Albita, vemos suceder estas cosas y solo hablamos o peor. Nos hacemos de la vista gorda y estas personas terminan siendo invisibles para el mundo y su trágica realidad pasa desapercibida o normalizada.
La historia de Pancha, realidad y ficción
Sirva este ejemplo de antipoema trata de captar una realidad trágica que viven a diario muchas personas desde muy tierna edad y no tienen una voz que hable por ellos.
En mi juventud tuve la oportunidad de ver un poco la realidad de la que hablo, tenía una empresa con un amigo cuyos padres eran misioneros del Ejército de Salvación y eventualmente almorzábamos en su casa.
En esas visitas pude conocer a muchos niños y jóvenes en situación de abuso y abandono por parte de sus padres. A veces jugábamos al futbol con los más grandes, un día uno de ellos se levantó la franela para secarse el sudor de la cara y pude ver muchas marcas en barriga y pecho.
Le pregunté a mi amigo que si sabía que eran esas marcas, al principio dudó, supongo no tenía permitido hablar de esas cosas, pero me ganaba el deseo de saber, así que insistí. Las marcas eran cicatrices de quemadas que le había hecho su propia madre con cigarrillos.
Esto fue hace cerca de 25 años atrás, deseo de todo corazón que estos niños hoy día sean hombres y mujeres de bien y que si han formado una familia, le estén dando todo el amor que ellos no tuvieron. Espero no estar pecando de idealista.
Serie: Todo es poetizable
Les invito a conocer más sobre esta historia real sin adornos. Para tener un mejor contexto sobre la historia de Pancha lea “El sacrificio de Ramón”2
Descubra más de esta magnífica serie aquí
Exelente temática….está abordada desde una óptica muy real…vivencias de la triste cotidianidad..inundada de tabues y sin sabores. Propios de una idiosincracia cargada de complejos y patrones que se repiten como puestas de sol.